Nos visitaron al seminario los editores Maximiliano
Papandrea, de La Bestia Equilatera, y Ezequiel Fanego, de Caja Negra.
Luego de una introducción por parte de las profesoras
Patricia Piccolini y Marcela Castro, tuvimos una entrevista muy interesante con
ambos editores que se dio lugar este lunes pasado a las 15 hs en el aula 256 en
la facultad de Filosofía y Letras (UBA).
Dentro de este Contexto, entre preguntas y anécdotas, destaco
lo que ambos respondieron:
¿Cómo fue que surgieron para ustedes ambas editoriales?
Yo no estoy desde el comienzo. Habían dos personas que nunca
habían estado en una editorial —Natalia
Meta y Diego D’Onofrio— pero eran ambos lectores. La idea de poner La Bestia Equilátera, surgió de la admiración de Muriel Spark, con una novela de la
escritora que nunca había sido traducida —Los encubridores— y con una
colección de ensayos inéditos de Luis. Yo ingresé en el 2010, arranqué
como coordinador y luego también como editor.
En el 2003, en realidad noviembre del 2005 salieron los
primeros dos libros. Veníamos igual un año y pico preparando los primeros
lanzamientos. Mirar un poco de que se trataba tener una editorial porque ningún
de los dos habíamos tenido experiencia de haber trabajado en una; no habíamos
tenido la suerte de participar en una. Fue
un año y medio de juntarnos, de buscar inspiraciones para que surja la idea de
tener una editorial, de investigar otras editoriales más grandes, de saber cómo
hacer un libro editado.
¿Cómo es su estructura editorial?
Lamentablemente, de hecho, todos compartimos tener una
estructura lo más pequeña posible, en términos de costos fijos, digamos, de
empleados fijos; pero si hay muchos colaboradores, freelance, diseñadores,
correctores, gente de prensa, traductores; en general, un tipo de gente que está
trabajando, por ahí trabaja específicamente por un libro, por un proyecto por
alguna colección. Muchos nos ayudaron como empezar a construir un libro a como
presentarlo. Diego y yo siendo editores un poco lo que hacemos en el trabajo
cotidiano. Trabajamos con una chica que inicialmente era correctora, también
trabajó con algo de prensa y ahora es un poco la que coordina el área de
producción. También hay un chico que nos ayuda en las tareas de comunicación —redes sociales, twitter— ya que por las
características de nuestros libros tenemos que hacer campañas especificas para
cada libro o para algunos. Por ejemplo, nosotros sacamos un libro que es una
historia de hip hop. El mundo de Hip hop tiene un entramado muy especifico y un
chico nos ayuda con la investigación para contactarnos con la prensa
¿Cómo es el proceso de selección de los originales a la hora
de armar el catálogo?
En La Bestia, Luis —Chitarroni—
es prácticamente el fundador y otras dos personas más —Natalia Meta y Diego D’Onofrio—, entre los tres de alguna manera
dirigen la editorial. Después estamos: hay un representante comercial, ex
librero; en el comienzo de la
distribución trabaja con el comercio exterior y la venta internacional; hay una asistente editorial y los
colaboradores externos fijos. Juan Pablo Cambariere, desde
principio de la editorial está haciendo diseño de tapa, prácticamente hace todas
las tapas de la editorial, adoptando una identidad propia.
¿Maxi cómo llegaste vos al mundo editorial? ¿Desde dónde? ¿Y
Ezequiel?
Yo no me anime a hacer letras. Empecé estudiando sistemas, y
me entere que existía una carrera de corrección literaria. Había muchos
profesores de la UBA y para mí fue importante porque me pusieron en contacto
con toda una literatura muy interesante. En el último año hubo una persona que
se puso en contacto con el jefe de producción de Planeta y conseguí un trabajo.
A partir del trabajo que hice, pase por todas las tareas editoriales. (…)
Trabajar en una editorial o en lugares así, donde hay mucha gente con mucha
experiencia, te incorpora mucho saber.
A mí se me dificulta
recordar, porque no era algo que teníamos planeado. Yo había trabajado en
muchas librerías, leía mucho y un poco compartía con Diego —Esteras— ciertas escrituras. Teníamos
una pasión bastante similar en la lectura, en la búsqueda de cierta información,
en lo estético. En algún momento, surgió la imagen de la editorial como una
plataforma vinculada a todas estas cosas. Por los gustos literarios, musicales;
como el misterio o el diseño gráfico. Se reunían un poco estas cuestiones junto
con la idea de, a partir de estos
intereses intelectuales, útiles, de un mundo disperso; poder armar un proyecto
que tenga como un costado comercial. Desarrollar
un proyecto efectivo, también en este caso, para el cual no nos sentíamos para
nada dóciles pero sin embargo era algo que nos interesaba aprender. Y gran
parte tiene mucho que ver con esto, nosotros editamos cosas basadas en nuestras
lecturas, en nuestros intereses. Teníamos un fondo muy rico del que
alimentarnos para ir dejando esta invención del armado del catalogo. Nos daba
una visión más práctica y comercial; aspecto que sentíamos por completo ajenos
a nosotros y que nos interesaba ver, por eso al comienzo fue un desafío.
Editoriales como las nuestras tienen entramados muy informales, trabajan grupos
pequeños que van cambiando todo el tiempo. (…) Nos gustaba mucho la idea de un
proyecto que pueda generar estos saberes.
¿Diego y vos son las dos caras de una económica y otra del catalogo
o mezclan las dos cosas?
Tratamos de difundir un poco las partes del trabajo, para
hacerlo productivo. Yo estuve viendo un poco la cara más comercial, a cuesta de
que armar un organigrama de todas las tareas. El hecho de vender libros que
tiene que ver con las traducciones; la distribuidora, donde la parte comercial
se resuelve dentro de la editorial. Hay diferentes sesiones, que en un comienzo
lo hicimos en conjunto, pero luego empezamos a intentar de un mejor modo,
asignar tareas. Sin resignar la edición que es lo que nos gusta a los dos y es
lo que sabemos hacer, porque también creo que lo hacemos mejor así. (…) En la
pre-producción del libro, desde el armado hasta el momento antes de llegar a la
imprenta, nos dividimos por libro. Pero el trabajo de imprenta se encarga él.
Yo me estoy encargando, de la parte comercial.
¿Cómo funciona el tema de la selección de libros? ¿Quién se
encarga? ¿Dónde encuentran esas lecturas que después terminan siendo
traducciones? ¿Cuáles son los referentes?
Lo que hace La Bestia, por un lado esta Natalia como dueña,
Diego D’Onofrio quien entrega los libros y Luis en la biblioteca, queda como recomendador
y asesor literario. Todos participamos de la confusa difusión. Entonces a veces
algún libro llega por mi o por los demás y de alguna manera la que tiene la última
palabra es Natalia. Pero a veces la editorial decide algo sin que ella lo
vea. (…) Si bien en una época se
publicaban más autores argentinos que hoy en día; no descartamos que en algún
momento retomemos, pero no hay una invención fuerte de publicar autores
argentinos. El catálogo está más que nada conformado de escritores del siglo
este, que sean conocidos o absolutamente desconocidos de la literatura
extranjera. (…)
¿Cómo es el sistema de organización de decisiones Formales?
En la Caja Negra son muchas reuniones de bar.
En La Bestia son reuniones de trabajo, uno lee un libro y lo
trae, lo debatimos, nos tomamos un tiempo.
¿No reciben originales? ¿Por qué?
Nos mandan todo el tiempo originales, pero únicamente nos
dedicamos a buscar aquellos escritores olvidados o nunca traducidos. (…)
¿Tienen temor cuando buscan algún material en específico,
por la importancia de un titulo?
Bueno eso es importante, en el marco de una agencia
internacional (…) es muy común que te
congelen.
Para la Caja Negra al principio nos pasaba todo el tiempo.
¿Cómo hacen ustedes para elegir? ¿En algún momento en el
año, todo el tiempo, formalmente, informalmente, alguien les recomienda a
ustedes?
Todas esas formas. El momento más formal es cuando
proyectamos el programa editorial del próximo año. Nosotros el proyecto para el
año que viene ya lo tenemos definido. Lo cual es relativamente formal, vamos
armando algunas reuniones, armando las novedades,
tratamos de que sean… hacemos un criterio patentado, un programa equilibrado a
nivel conceptual y comercial, con todas las líneas que fuimos desarrollando en
la editorial. No editar libros que tengan costos altísimos y no sean muy
arriesgados. En la selección de libros, en algún punto, tenemos una
constelación de libros posibles, que surgen fundamentalmente de nuestras
lecturas, que es lo que más nos gusta hacer. La editorial también, como La Bestia,
tiene un gran porcentaje de traducciones, entonces, gran parte de su trabajo es
de búsqueda, tiene que ver con estar leyendo una serie de editoriales que nos
gustan o buscamos libros que nos abran puertas a otros libros.
Las editoriales en las que están interesados están… ¿en dónde?
¿En qué país?
Muchos de Europa por lo general, Inglaterra, Francia.
Estados Unidos. Empezamos a leer muchas revistas de afuera. Blogs. Desarrollamos
una especia de intuición cuando algo nos llama la atención. Originales no
leemos pero nos llegan muchísimos. Cuando buscamos el perfil editorial, se fue
armando y modificando con el tiempo. El estilo no estaba definido se fue dando
con una búsqueda constante.
A veces gente que uno conoce en ferias. Escritores de
afuera. Recomendaciones. (Maxi nos conto
una anécdota siguiendo el hilo de las intuiciones; que por recomendación de una
autora en un encuentro mero casual en la feria del libro, salió un libro, una
traductora y un autor italiano de una editorial anglosajona)
¿Encargan algún original a alguien?
No. Lo que nosotros hacemos es encargar comunicaciones. Esos
que por ahí andan vuelta. Por lo general, cuando tenemos la idea de un libro
que nos surge, esas analogías de edición más ardua; buscamos a alguien
especializado que tenga conocimiento, para consultar. Para este año, en el mes
que viene, vamos a iniciar una nueva colección donde me gustaría, hacer otro
tipo de trabajo.
¿Cómo hacen para llegar a ese mundo nuevo que no les es
conocido?
En este caso fue algo que no habíamos hecho nunca —Generación Hip Hop de Jeff Chang—. Por eso digo que fue una oportunidad de
conocer. El chico con el que trabajamos en la parte de comunicación, hizo una
investigación respecto de cómo era el universo del mundo del hip hop. Contactó
referentes, se hicieron intercambios de información solidarios. Fuimos formando
una cadena de datos. Siendo un libro un poco caro, facilitábamos para quienes
estaban interesados por medio de nuestras redes sociales —Twitter— para que puedan adquirirlo a un precio más accesible. (…)
¿Ahí ustedes ven la forma editorial en ver temas? O sea… ¿Autores
extranjeros?
Nosotros vemos a la editorial como una plataforma como un
espacio para mostrar ciertas opciones literarias donde puedan tener mayor
visibilidad y se puedan llegar a conocer. Esa voluntad nos movilizó a mostrar
cierto tipo de materiales. Muchas veces tenemos la idea del libro, antes de la
construcción en sí y luego empieza una búsqueda.
(…) El tener una editorial, armas un espacio de
visualización donde el libro puede existir. Nosotros consideramos como una de
las conquistas, la de tener lectores que van confiando. Es todo lo que nos
permite insertarnos libremente y tener
mayores posibilidades de acción. Saber que en general esos vínculos de
confianza no necesitan tener alguna referencia externa para conocer el autor.
Con el tiempo vas armando cierta relación de proximidad y afinidad y la
relativa fidelidad de los lectores. Permitiendo muchas veces publicar cosas que
por ahí si salía en otra editorial, esos mismos lectores no prestarían
atención, mucho menos si saben que están escritos de afuera. Entonces hay algo
en las relaciones que potencialmente se puede armar en una editorial y ciertos
lectores que te permite difundir y brindar muchísima información. Nosotros
siempre sentimos, o nos interesa pensar como con ciertos libros vamos ampliando
ese grupo de lectores. Pensamos los libros como puertas de ingreso al catalogo.
La gente que compra por el sello de la marca. Por una
cuestión de confianza.
Eso lo vemos mucho por contactos de mail y facebook, pero más
cuando tenemos la oportunidad de mostrar el catalogo en una feria. Vemos de
tener una presencia más o menos constante. En instancias que son más
personales.
Vos hablabas algo de megalomaníaco. Pero hay algo bueno y
hay algo malo ahí. Que va muy asociado al gran riesgo que implica la inversión
en los libros. Por lo menos hoy en día y depende de la editorial independiente,
tenés que tener mucha confianza en tu decisión
y en tu intuición para hacer esa inversión. Esa confianza y esa apuesta
que uno hace también es una cosa poco dada. Yo lo leí de una editora hace unos
años — Beatriz de Moura— hablaba de
la adrenalina. Es como estar apostando todo el tiempo a que vos podes
sintonizar con la seguridad, ya sea de tus lectores o de otros lectores. Es
lindo creer que podes compartir ciertos pensamientos. Se gasta un montón de
plata también.
(…) Nosotros somos muy obsesivos. Nunca imprimimos un libro,
sin estar presentes en la puesta en maquina, viendo salir las tapas. (Ezequiel compartió
una anécdota de los primeros libros de Caja Negra que salieron mal y terminaron
triturados)
Caja negra comenzó a fines del 2005 y esto de la afinidad de
un hilo donde une todos los libros. ¿Eso qué tiene que ver con los intereses? ¿Ustedes
cambian con el tiempo? ¿Hay cosas que no contemplaban al comienzo? ¿Ampliaron desde los intereses de ustedes?
En nuestro caso. Sí va modificando, se van incorporando
bastantes temáticas. Lo que intentamos hacer es generar cierta conciencia, de unir cierta
línea que vamos abriendo. Es muy importante para el crecimiento editorial ir
aumentando la cantidad de libros que se publican por año.
¿Ustedes cuantos libros publican por año?
Este año 8. El año pasado 6. El año que viene se piensa 12.
La Bestia algunos años 12. A veces 10 u 11.
¿Cómo se llega a esa cantidad de libros?
Y depende cada año. Nosotros aspiramos siempre a publicar lo
más posible.
(…) No solo cuenta la plata que vos tenés para invertir,
sino también la disponibilidad para organizar los tipos de trabajo. Este año
podemos hacer 8 libros, para nosotros es un montón y nos parecía inimaginable.
Siempre surgía esa pregunta de cómo hacen para publicar 20 libros algunas
editoriales. Tiene que ver con poder organizar el trabajo, tener más gente,
saber delegar. Para saber delegar tenés que generar vínculos de confianza con la
gente con la que estás trabajando y eso lleva un tiempo. Así nos vamos poniendo
metas, de año a año vamos publicando más. Vamos sumando áreas al catalogo,
tratamos de mantener siempre vivas todas las que fuimos desarrollando.
El tema de las colecciones, siempre fue algo que nos dio
mucho dolor de cabeza. Uno siempre está, entre muchos aspectos, ante la
disyuntiva de restringirte un poco en ciertas decisiones, lo cual te quita como
cierta libertad pero al mismo tiempo te da más personalidad o lo hace más legible,
en la línea de una colección. Nos interesó mucho tener diseños que reflejen, de
algún modo, lo que contenía los libros, pero al mismo tiempo no se respetan
mucho los géneros de las colecciones.
¿Ezequiel vos sentís que importa verdaderamente tener colección?
Porque yo pensaba lo que decías vos de las marcas. Tanto La Bestia como Caja
Negra consiguieron tener una editorial muy fuerte y en los dos casos se dio esa
decisión estética; ustedes trabajan en la colección pero al mismo tiempo cada
tapa es libre de decir lo que a ustedes les parece. Entonces estas combinando
dos cosas: por un lado tenés la colección y por el otro estas comunicando un
libro donde te dice que estética tiene. La Bestia trabaja mucho en esa línea, libertad
total para el diseñador en función del libro que está publicando.
Nosotros no tenemos libertad. Tenemos un parámetro. Todo el
tiempo se va viendo. Se va analizando.
¿De qué te sirve tener colección?
Hasta ahora para mí no nos sirvió. Creo que Numancia y
Synesthesia, son colecciones distintas, además porque se da bastante que los
lectores compran los libros de ambas y no porque solo lee de cine. No son
libros de especialistas, son accesibles para cualquier persona que consume
cultura general. En algún punto en ambas colecciones que tenemos hasta ahora,
se definen así.
La construcción de un catalogo, donde los libros se
defienden por lo que son. Se le presta una consideración distinta. Yo no estoy
tan seguro que la colección funcione. Si bien hay lectores fieles, el lector es
bastante libre en decidir. Es el libro que acerca al lector.
Caja Negra vamos a sacar una nueva colección sobre unos
ensayos que tiene un tipo de escritura que ya hemos explorado en nuestra
editorial, pero nos interesa porque es una colección que nosotros hemos pensado
como una caja de herramientas para la vida cotidiana. Nos parecía que había
alguna diferencia con respecto al catalogo, que estaba bueno mostrarlo. Por eso
es verdad lo que vos decís, no se puede subestimar nunca a un lector. Una
editorial envía señales que orienta y una colección podría ser una señal más
distinta y en ese sentido a mi me interesa explorarla.
A mí me gusta charlar con los lectores. Muchas veces me pasó
de encontrarme con lectores muy fanáticos de libros que no sabían de qué
editorial era. Les importa el autor, les importa el titulo pero no así la
editorial. Es algo que hay que contemplar como un hecho de la realidad y de los
lectores de hoy. También es cierto que algunos si lo hacen. (…)
El logo de La Bestia es un caso muy extraño. El primer libro
en el 2008 —Los Encubridores—,
estábamos muy contentos con la idea de trabajar cada tapa siempre con un mismo
diseñador pero con toda la libertad. A la hora de debatir, costaba reconocer a
la editorial y al final usamos la misma figura del logo —que es un lector— en la tapa del primer libro. Nos pareció que si
veníamos trabajando tan en función del lector, de una idea del lector y en una
ideal de literatura, porqué no utilizarlo. Así en el 2012, decidimos utilizarlo
como logo, donde fue el momento de mayor reconocimiento editorial.
Consejos a los posibles editores:
—Arranquen ya a experimentar con cualquier cosa que tengan a
mano—.
—Si bien los libros son mucho más caros, ahora hay muchos más
modos de editar. Nosotros en algún punto somos parte de editoriales más
clásicas. Hay muchos medios más de comunicación para investigar. Editar es
tener un criterio de selección y crear un espacio de visibilidad, querer
compartir una mirada y hay millones de modos para lograrlo—.
—La edición digital recién está comenzando. Oportunidades hay
en todos lados. Yo sigo esperando ver más cosas. Hay mucho para hacer—.
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