jueves, 4 de septiembre de 2014

Visita de dos editoriales reconocidas (Cuarta Clase - 1 de Septiembre)

Nos visitaron al seminario los editores Maximiliano Papandrea, de La Bestia Equilatera, y Ezequiel Fanego, de Caja Negra.

Luego de una introducción por parte de las profesoras Patricia Piccolini y Marcela Castro, tuvimos una entrevista muy interesante con ambos editores que se dio lugar este lunes pasado a las 15 hs en el aula 256 en la facultad de Filosofía y Letras (UBA).

Dentro de este Contexto, entre preguntas y anécdotas, destaco lo que ambos respondieron:

¿Cómo fue que surgieron para ustedes ambas editoriales?

Yo no estoy desde el comienzo. Habían dos personas que nunca habían estado en una editorial —Natalia Meta y Diego D’Onofrio— pero eran ambos lectores. La idea de poner La Bestia Equilátera, surgió de la admiración de Muriel Spark, con una novela de la escritora que nunca había sido traducida —Los encubridores— y con una colección de ensayos inéditos de Luis. Yo ingresé en el 2010, arranqué como coordinador y luego también como editor.

En el 2003, en realidad noviembre del 2005 salieron los primeros dos libros. Veníamos igual un año y pico preparando los primeros lanzamientos. Mirar un poco de que se trataba tener una editorial porque ningún de los dos habíamos tenido experiencia de haber trabajado en una; no habíamos tenido  la suerte de participar en una. Fue un año y medio de juntarnos, de buscar inspiraciones para que surja la idea de tener una editorial, de investigar otras editoriales más grandes, de saber cómo hacer un libro editado.


¿Cómo es su estructura editorial?

Lamentablemente, de hecho, todos compartimos tener una estructura lo más pequeña posible, en términos de costos fijos, digamos, de empleados fijos; pero si hay muchos colaboradores, freelance, diseñadores, correctores, gente de prensa, traductores;  en general, un tipo de gente que está trabajando, por ahí trabaja específicamente por un libro, por un proyecto por alguna colección. Muchos nos ayudaron como empezar a construir un libro a como presentarlo. Diego y yo siendo editores un poco lo que hacemos en el trabajo cotidiano. Trabajamos con una chica que inicialmente era correctora, también trabajó con algo de prensa y ahora es un poco la que coordina el área de producción. También hay un chico que nos ayuda en las tareas de comunicación —redes sociales, twitter— ya que por las características de nuestros libros tenemos que hacer campañas especificas para cada libro o para algunos. Por ejemplo, nosotros sacamos un libro que es una historia de hip hop. El mundo de Hip hop tiene un entramado muy especifico y un chico nos ayuda con la investigación para contactarnos con la prensa


¿Cómo es el proceso de selección de los originales a la hora de armar el catálogo?

En La Bestia, Luis —Chitarroni— es prácticamente el fundador y otras dos personas más —Natalia Meta y Diego D’Onofrio—, entre los tres de alguna manera dirigen la editorial. Después estamos: hay un representante comercial, ex librero;  en el comienzo de la distribución trabaja con el comercio exterior y la venta internacional;  hay una asistente editorial y los colaboradores  externos fijos. Juan Pablo Cambariere, desde principio de la editorial está haciendo diseño de tapa, prácticamente hace todas las tapas de la editorial, adoptando una identidad propia.


¿Maxi cómo llegaste vos al mundo editorial? ¿Desde dónde? ¿Y Ezequiel?

Yo no me anime a hacer letras. Empecé estudiando sistemas, y me entere que existía una carrera de corrección literaria. Había muchos profesores de la UBA y para mí fue importante porque me pusieron en contacto con toda una literatura muy interesante. En el último año hubo una persona que se puso en contacto con el jefe de producción de Planeta y conseguí un trabajo. A partir del trabajo que hice, pase por todas las tareas editoriales. (…) Trabajar en una editorial o en lugares así, donde hay mucha gente con mucha experiencia,  te incorpora mucho saber.

 A mí se me dificulta recordar, porque no era algo que teníamos planeado. Yo había trabajado en muchas librerías, leía mucho y un poco compartía con Diego —Esteras— ciertas escrituras. Teníamos una pasión bastante similar en la lectura, en la búsqueda de cierta información, en lo estético. En algún momento, surgió la imagen de la editorial como una plataforma vinculada a todas estas cosas. Por los gustos literarios, musicales; como el misterio o el diseño gráfico. Se reunían un poco estas cuestiones junto con  la idea de, a partir de estos intereses intelectuales, útiles, de un mundo disperso; poder armar un proyecto que tenga  como un costado comercial. Desarrollar un proyecto efectivo, también en este caso, para el cual no nos sentíamos para nada dóciles pero sin embargo era algo que nos interesaba aprender. Y gran parte tiene mucho que ver con esto, nosotros editamos cosas basadas en nuestras lecturas, en nuestros intereses. Teníamos un fondo muy rico del que alimentarnos para ir dejando esta invención del armado del catalogo. Nos daba una visión más práctica y comercial; aspecto que sentíamos por completo ajenos a nosotros y que nos interesaba ver, por eso al comienzo fue un desafío. Editoriales como las nuestras tienen entramados muy informales, trabajan grupos pequeños que van cambiando todo el tiempo. (…) Nos gustaba mucho la idea de un proyecto que pueda generar estos saberes.


¿Diego y vos son las dos caras de una económica y otra del catalogo o mezclan las dos cosas?

Tratamos de difundir un poco las partes del trabajo, para hacerlo productivo. Yo estuve viendo un poco la cara más comercial, a cuesta de que armar un organigrama de todas las tareas. El hecho de vender libros que tiene que ver con las traducciones; la distribuidora, donde la parte comercial se resuelve dentro de la editorial. Hay diferentes sesiones, que en un comienzo lo hicimos en conjunto, pero luego empezamos a intentar de un mejor modo, asignar tareas. Sin resignar la edición que es lo que nos gusta a los dos y es lo que sabemos hacer, porque también creo que lo hacemos mejor así. (…) En la pre-producción del libro, desde el armado hasta el momento antes de llegar a la imprenta, nos dividimos por libro. Pero el trabajo de imprenta se encarga él. Yo me estoy encargando, de la parte comercial.


¿Cómo funciona el tema de la selección de libros? ¿Quién se encarga? ¿Dónde encuentran esas lecturas que después terminan siendo traducciones? ¿Cuáles son los referentes?

Lo que hace La Bestia, por un lado esta Natalia como dueña, Diego D’Onofrio quien entrega los libros y Luis en la biblioteca, queda como recomendador y asesor literario. Todos participamos de la confusa difusión. Entonces a veces algún libro llega por mi o por los demás y de alguna manera la que tiene la última palabra es Natalia. Pero a veces la editorial decide algo sin que ella lo vea.  (…) Si bien en una época se publicaban más autores argentinos que hoy en día; no descartamos que en algún momento retomemos, pero no hay una invención fuerte de publicar autores argentinos. El catálogo está más que nada conformado de escritores del siglo este, que sean conocidos o absolutamente desconocidos de la literatura extranjera. (…)


¿Cómo es el sistema de organización de decisiones Formales?

En la Caja Negra son muchas reuniones de bar.

En La Bestia son reuniones de trabajo, uno lee un libro y lo trae, lo debatimos, nos tomamos un tiempo.


¿No reciben originales? ¿Por qué?

Nos mandan todo el tiempo originales, pero únicamente nos dedicamos a buscar aquellos escritores olvidados o nunca traducidos. (…)


¿Tienen temor cuando buscan algún material en específico, por la importancia de un titulo?

Bueno eso es importante, en el marco de una agencia internacional (…)  es muy común que te congelen.

Para la Caja Negra al principio nos pasaba todo el tiempo.


¿Cómo hacen ustedes para elegir? ¿En algún momento en el año, todo el tiempo, formalmente, informalmente, alguien les recomienda a ustedes?

Todas esas formas. El momento más formal es cuando proyectamos el programa editorial del próximo año. Nosotros el proyecto para el año que viene ya lo tenemos definido. Lo cual es relativamente formal, vamos armando algunas reuniones, armando  las novedades, tratamos de que sean… hacemos un criterio patentado, un programa equilibrado a nivel conceptual y comercial, con todas las líneas que fuimos desarrollando en la editorial. No editar libros que tengan costos altísimos y no sean muy arriesgados. En la selección de libros, en algún punto, tenemos una constelación de libros posibles, que surgen fundamentalmente de nuestras lecturas, que es lo que más nos gusta hacer. La editorial también, como La Bestia, tiene un gran porcentaje de traducciones, entonces, gran parte de su trabajo es de búsqueda, tiene que ver con estar leyendo una serie de editoriales que nos gustan o buscamos libros que nos abran puertas a otros libros.


Las editoriales en las que están interesados están… ¿en dónde? ¿En qué país?

Muchos de Europa por lo general, Inglaterra, Francia. Estados Unidos. Empezamos a leer muchas revistas de afuera. Blogs. Desarrollamos una especia de intuición cuando algo nos llama la atención. Originales no leemos pero nos llegan muchísimos. Cuando buscamos el perfil editorial, se fue armando y modificando con el tiempo. El estilo no estaba definido se fue dando con una búsqueda constante.

A veces gente que uno conoce en ferias. Escritores de afuera. Recomendaciones.  (Maxi nos conto una anécdota siguiendo el hilo de las intuiciones; que por recomendación de una autora en un encuentro mero casual en la feria del libro, salió un libro, una traductora y un autor italiano de una editorial anglosajona)


¿Encargan algún original a alguien?

No. Lo que nosotros hacemos es encargar comunicaciones. Esos que por ahí andan vuelta. Por lo general, cuando tenemos la idea de un libro que nos surge, esas analogías de edición más ardua; buscamos a alguien especializado que tenga conocimiento, para consultar. Para este año, en el mes que viene, vamos a iniciar una nueva colección donde me gustaría, hacer otro tipo de trabajo.


¿Cómo hacen para llegar a ese mundo nuevo que no les es conocido?

En este caso fue algo que no habíamos hecho nunca —Generación Hip Hop de Jeff Chang—.  Por eso digo que fue una oportunidad de conocer. El chico con el que trabajamos en la parte de comunicación, hizo una investigación respecto de cómo era el universo del mundo del hip hop. Contactó referentes, se hicieron intercambios de información solidarios. Fuimos formando una cadena de datos. Siendo un libro un poco caro, facilitábamos para quienes estaban interesados por medio de nuestras redes sociales —Twitter— para que puedan adquirirlo a un precio más accesible. (…)


¿Ahí ustedes ven la forma editorial en ver temas? O sea… ¿Autores extranjeros?

Nosotros vemos a la editorial como una plataforma como un espacio para mostrar ciertas opciones literarias donde puedan tener mayor visibilidad y se puedan llegar a conocer. Esa voluntad nos movilizó a mostrar cierto tipo de materiales. Muchas veces tenemos la idea del libro, antes de la construcción en sí y luego empieza una búsqueda.
(…) El tener una editorial, armas un espacio de visualización donde el libro puede existir. Nosotros consideramos como una de las conquistas, la de tener lectores que van confiando. Es todo lo que nos permite  insertarnos libremente y tener mayores posibilidades de acción. Saber que en general esos vínculos de confianza no necesitan tener alguna referencia externa para conocer el autor. Con el tiempo vas armando cierta relación de proximidad y afinidad y la relativa fidelidad de los lectores. Permitiendo muchas veces publicar cosas que por ahí si salía en otra editorial, esos mismos lectores no prestarían atención, mucho menos si saben que están escritos de afuera. Entonces hay algo en las relaciones que potencialmente se puede armar en una editorial y ciertos lectores que te permite difundir y brindar muchísima información. Nosotros siempre sentimos, o nos interesa pensar como con ciertos libros vamos ampliando ese grupo de lectores. Pensamos los libros como puertas de ingreso al catalogo.


La gente que compra por el sello de la marca. Por una cuestión de confianza.

Eso lo vemos mucho por contactos de mail y facebook, pero más cuando tenemos la oportunidad de mostrar el catalogo en una feria. Vemos de tener una presencia más o menos constante. En instancias que son más personales.

Vos hablabas algo de megalomaníaco. Pero hay algo bueno y hay algo malo ahí. Que va muy asociado al gran riesgo que implica la inversión en los libros. Por lo menos hoy en día y depende de la editorial independiente, tenés que tener mucha confianza en tu decisión  y en tu intuición para hacer esa inversión. Esa confianza y esa apuesta que uno hace también es una cosa poco dada. Yo lo leí de una editora hace unos años — Beatriz de Moura— hablaba de la adrenalina. Es como estar apostando todo el tiempo a que vos podes sintonizar con la seguridad, ya sea de tus lectores o de otros lectores. Es lindo creer que podes compartir ciertos pensamientos. Se gasta un montón de plata también.

(…) Nosotros somos muy obsesivos. Nunca imprimimos un libro, sin estar presentes en la puesta en maquina, viendo salir las tapas. (Ezequiel compartió una anécdota de los primeros libros de Caja Negra que salieron mal y terminaron triturados)


Caja negra comenzó a fines del 2005 y esto de la afinidad de un hilo donde une todos los libros. ¿Eso qué tiene que ver con los intereses? ¿Ustedes cambian con el tiempo? ¿Hay cosas que no contemplaban al comienzo?  ¿Ampliaron desde los intereses de ustedes?

En nuestro caso. Sí va modificando, se van incorporando bastantes temáticas. Lo que intentamos hacer  es generar cierta conciencia, de unir cierta línea que vamos abriendo. Es muy importante para el crecimiento editorial ir aumentando la cantidad de libros que se publican por año.


¿Ustedes cuantos  libros publican por año?

Este año 8. El año pasado 6. El año que viene se piensa 12.

La Bestia algunos años 12. A veces 10 u 11.


¿Cómo se llega a esa cantidad de libros?

Y depende cada año. Nosotros aspiramos siempre a publicar lo más posible.
(…) No solo cuenta la plata que vos tenés para invertir, sino también la disponibilidad para organizar los tipos de trabajo. Este año podemos hacer 8 libros, para nosotros es un montón y nos parecía inimaginable. Siempre surgía esa pregunta de cómo hacen para publicar 20 libros algunas editoriales. Tiene que ver con poder organizar el trabajo, tener más gente, saber delegar. Para saber delegar tenés que generar vínculos de confianza con la gente con la que estás trabajando y eso lleva un tiempo. Así nos vamos poniendo metas, de año a año vamos publicando más. Vamos sumando áreas al catalogo, tratamos de mantener siempre vivas todas las que fuimos desarrollando.
El tema de las colecciones, siempre fue algo que nos dio mucho dolor de cabeza. Uno siempre está, entre muchos aspectos, ante la disyuntiva de restringirte un poco en ciertas decisiones, lo cual te quita como cierta libertad pero al mismo tiempo te da más personalidad o lo hace más legible, en la línea de una colección. Nos interesó mucho tener diseños que reflejen, de algún modo, lo que contenía los libros, pero al mismo tiempo no se respetan mucho los géneros de las colecciones.

¿Ezequiel vos sentís que importa verdaderamente tener colección? Porque yo pensaba lo que decías vos de las marcas. Tanto La Bestia como Caja Negra consiguieron tener una editorial muy fuerte y en los dos casos se dio esa decisión estética; ustedes trabajan en la colección pero al mismo tiempo cada tapa es libre de decir lo que a ustedes les parece. Entonces estas combinando dos cosas: por un lado tenés la colección y por el otro estas comunicando un libro donde te dice que estética tiene. La Bestia trabaja mucho en esa línea, libertad total para el diseñador en función del libro que está publicando.

Nosotros no tenemos libertad. Tenemos un parámetro. Todo el tiempo se va viendo. Se va analizando.


¿De qué te sirve tener colección?

Hasta ahora para mí no nos sirvió. Creo que Numancia y Synesthesia, son colecciones distintas, además porque se da bastante que los lectores compran los libros de ambas y no porque solo lee de cine. No son libros de especialistas, son accesibles para cualquier persona que consume cultura general. En algún punto en ambas colecciones que tenemos hasta ahora, se definen así.

La construcción de un catalogo, donde los libros se defienden por lo que son. Se le presta una consideración distinta. Yo no estoy tan seguro que la colección funcione. Si bien hay lectores fieles, el lector es bastante libre en decidir. Es el libro que acerca al lector.

Caja Negra vamos a sacar una nueva colección sobre unos ensayos que tiene un tipo de escritura que ya hemos explorado en nuestra editorial, pero nos interesa porque es una colección que nosotros hemos pensado como una caja de herramientas para la vida cotidiana. Nos parecía que había alguna diferencia con respecto al catalogo, que estaba bueno mostrarlo. Por eso es verdad lo que vos decís, no se puede subestimar nunca a un lector. Una editorial envía señales que orienta y una colección podría ser una señal más distinta y en ese sentido a mi me interesa explorarla.

A mí me gusta charlar con los lectores. Muchas veces me pasó de encontrarme con lectores muy fanáticos de libros que no sabían de qué editorial era. Les importa el autor, les importa el titulo pero no así la editorial. Es algo que hay que contemplar como un hecho de la realidad y de los lectores de hoy. También es cierto que algunos si lo hacen. (…)
El logo de La Bestia es un caso muy extraño. El primer libro en el 2008 —Los Encubridores—, estábamos muy contentos con la idea de trabajar cada tapa siempre con un mismo diseñador pero con toda la libertad. A la hora de debatir, costaba reconocer a la editorial y al final usamos la misma figura del logo —que es un lector— en la tapa del primer libro. Nos pareció que si veníamos trabajando tan en función del lector, de una idea del lector y en una ideal de literatura, porqué no utilizarlo. Así en el 2012, decidimos utilizarlo como logo, donde fue el momento de mayor reconocimiento editorial.



Consejos a los posibles editores:

—Arranquen ya a experimentar con cualquier cosa que tengan a mano—.

—Si bien los libros son mucho más caros, ahora hay muchos más modos de editar. Nosotros en algún punto somos parte de editoriales más clásicas. Hay muchos medios más de comunicación para investigar. Editar es tener un criterio de selección y crear un espacio de visibilidad, querer compartir una mirada y hay millones de modos para lograrlo—.


—La edición digital recién está comenzando. Oportunidades hay en todos lados. Yo sigo esperando ver más cosas. Hay mucho para hacer—. 

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